La Panza de Gabriela

“¡La panza de Gabriela está dando patadas!” En medio de una broma inocente y un poco chismosa, el estudiante Fábio Marchete de Moraes de 28 años, dejó escapar que él y su compañera jugaban a “examinar” el vientre de ella. Fábio no imaginaba que esas pataditas partían de un bebé en gestación.

Gabriela Andrade Demate, la muchacha de la panza, que también tiene 28 años, no sabía aún que estaba embarazada. A pesar de llevar tres años juntos, de compartir el mismo techo y la misma cama, Fábio y Gabriela creían que el sexo entre ellos no estaba permitido. Sus padres nunca les habían dicho, de manera explícita, que estaban de acuerdo en que ellos tuvieran ese tipo de intimidad. Gabriela tiene síndrome de Down. Fábio tiene discapacidad intelectual.

Desconfiando de la panza creciente de Gabriela un amigo de Fábio decidió hablar con la madre de la muchacha. Una prueba de embarazo comprada a las apuradas en la farmacia, no bastó para eliminar las dudas. “Ví las dos barritas en el examen, pero no podía creer que mi hija esté embarazada”, afirma Laurinda Ferreira de Andrade. “Llevé a Gabriela a tres ginecólogos y ninguno me dió la seguridad de que ella pudiera tener al niño. Percibí que se estaba poniendo mas gordita, pero creía que solo estaba comiendo mucho”.

La gestación avanzada fue descubierta a los seis meses generando miedo y muchas dudas en la familia. Hasta el nacimiento prematuro de Valentina, pasaron cerca de 60 días. “Fueron los más largos de mi vida”, dice Laurinda. “Mi hija no había hecho ninguno de los controles pre-natales que son recomendados desde el inicio del embarazo. Por causa del síndrome de Down, ella podria tener problemas cardíacos. Era un embarazo de riesgo“.

A pesar de que la inclusión de las personas con discapacidad en la sociedad está lejos de ser perfecta, Gabriela representa una generación que viene abriéndose caminos inéditos. Cuando ella nació, en 1980, no era muy común ver niños con síndrome de Down en las calles de la ciudad de Socorro, municipio de Sao Paulo, donde creció. 
 
Hay en el mundo cerca de 30 casos documentados de mujeres con síndrome de Down que dieron a luz. Una de ellas es Gabriela, esposa de Fábio y mamá de la pequeña Valentina.


Gabriela y Fábio con Valentina. La postura positiva de la mamá de Gabriela, fue determinante en el desarrollo de su hija. A pesar que durante su infancia tenía miedo del agua y a las caídas, aprendió a nadar y a andar en bicicleta. Tomó clases de Judo y llegó a cinturón marrón. Hizo ballet. En su ciudad, todo el mundo conoce un poco de su historia.
 
Tomado de Revista Época, Accesible en: http://revistaepoca.globo.com/Revista/Epoca/0,,EMI11982-15228,00-MAMAE+E+DOWN.html

 

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